A medida que la cuenta regresiva avanzaba, los ingenieros detectaron fallos en el sistema hidráulico utilizado para mover uno de los brazos de soporte que sujeta al cohete.
Esta estructura necesita inclinarse hacia atrás justo antes del lanzamiento, lo que es vital para permitir que el cohete se eleve de manera segura.
Los astronautas, ya dentro de la cápsula, estaban esperando el fallo o la resolución del problema. Tras evaluar la situación, SpaceX decidió cancelar el lanzamiento por ese día, reprogramándolo para, al menos, el viernes siguiente.
La misión está diseñada para llevar a una nueva tripulación a la EEI, compuesta por astronautas de Estados Unidos, Japón y Rusia, quienes reemplazarán a los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams. Estos dos astronautas han estado en la estación espacial desde junio, y necesitan regresar a la Tierra.
La tripulación anterior debía regresar después de un tiempo de permanencia, pero debido a fallas en la cápsula Starliner de Boeing, tuvieron que prolongar su estancia en la EEI.
Originalmente, la misión de Starliner estaba prevista para durar solo una semana, pero tras los problemas con la cápsula, la NASA optó por enviarlos a la estación espacial en una cápsula de SpaceX para completar la etapa de regreso a la Tierra.
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