El Gobierno de Venezuela decidió romper las relaciones diplomáticas con Paraguay después de rechazar las declaraciones de apoyo del presidente de ese país, Santiago Peña, hacia el líder opositor Edmundo González Urrutia.
El Ejecutivo de Nicolás Maduro consideró las declaraciones de Peña como una violación al derecho internacional y al «principio de no intervención».
«La República Bolivariana de Venezuela ha decidido, en ejercicio pleno de su soberanía, romper relaciones diplomáticas con la República de Paraguay y proceder al retiro inmediato de su diplomático personal acreditado en ese país», indicó en un comunicado el Ejecutivo venezolano.
El gobierno de Maduro señaló que Peña «reincide en una práctica fracasada que recuerda las fantasías del extinto Grupo de Lima con su ridícula aventura llamada Guaidó», en referencia al líder opositor Juan Guaidó, quien en su momento contó con el apoyo del gobierno de Asunción, dirigido entonces por el ahora expresidente Mario Abdo Benítez (2018-2023).
Abdo Benítez cortó los lazos diplomáticos con Venezuela en enero de 2019 y decidió cerrar su embajada en Caracas, tras la asunción de Maduro a su segundo mandato, el cual Asunción calificó como «ilegítimo» debido al proceso electoral.
Venezuela dijo que esas acciones «representan la reedición de estrategias sin sustento político, jurídico ni social, que han demostrado su rotundo fracaso».
«Es lamentable que Gobiernos como el de Paraguay sigan subordinado su política exterior a los intereses de potencias extranjeras, promoviendo agendas destinadas a socavar los principios democráticos y la voluntad de los pueblos libres», expresa la comunicación, difundida a través de Telegram por el canciller venezolano, Yván Gil.
Caracas reafirmó su compromiso «con la defensa de la democracia, la paz y la autodeterminación de los pueblos» y reafirmó que «ninguna bufonada instruida desde el fascismo internacional logrará duplicar la voluntad de un pueblo firme en la construcción de su propio destino».
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