El Gobierno de Venezuela denunció ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO) la «intercepción ilegal» de un buque pesquero venezolano por parte de Estados Unidos en la zona económica del país.
«Denunciamos y dejamos constancia de la grave violación a la soberanía nacional por parte del Gobierno de los EE.UU.», afirmó la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, en una publicación de Telegram donde compartió el comunicado enviado a la FAO y a otros siete organismos internacionales relacionados con la pesca comercial, que no precisó.
En la carta, Rodríguez detalló que el 12 de septiembre un buque pesquero venezolano, llamado Carmen Rosa, fue «interceptado de forma ilegal y hostil» por el destructor estadounidense USS Jason Dunham (DDG-109), mientras se encontraba a 48 millas náuticas al noreste de la Isla Blanquilla, dentro de la Zona Económica Especial de Venezuela.
«El buque destructor estadounidense en referencia se encontraba equipado con armamento de guerra, incluidos potentes misiles de crucero, siendo tripulado por efectivos militares altamente entrenados», indicó la vicepresidenta, quien insistió en que los pescadores venezolanos no trasportaban «armas de ninguna naturaleza».
«Luego de la ilegal intercepción, el navío de guerra estadounidense desplegó dieciocho efectivos militares con armas largas que abordaron y ocuparon la pequeña e inofensiva embarcación durante ocho horas, privando de libertad a los pescadores e impidiendo la comunicación y el normal desenvolvimiento de una faena autorizada de pesca de atún», agregó.
Rodríguez afirmó que el Gobierno de Nicolás Maduro no fue informado en ningún momento sobre esta operación.
Según la vicepresidenta, el uso de un “buque misilístico y personal militar de comando” contra una embarcación pesquera civil constituye un acto “claramente desproporcionado”, que viola las normas que regulan las operaciones de control marítimo y afecta el libre ejercicio de la pesca.
Frente a esta situación, la funcionaria solicitó a la FAO y a otros organismos pesqueros emitir un “firme pronunciamiento de condena”, advirtiendo que el incidente perjudica la actividad económica vinculada a la pesca.
El pasado lunes, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, calificó el abordaje del buque por parte de la Armada estadounidense como un “bochorno” y un “secuestro”.
El suceso ocurre en medio del despliegue de barcos militares de Estados Unidos en el mar Caribe, que según Washington busca combatir el narcotráfico.