Por: Leanlly Pérez- Un día como hoy, el 16 de julio de 2003, partió físicamente la inigualable Celia Cruz, la reina de la salsa, la voz del Caribe, la mujer que transformó un grito de sabor en un símbolo de identidad: ¡Azúcar!. Hoy, a 21 años de su fallecimiento, su legado musical y cultural continúa vivo, vibrando en cada esquina del mundo latino y más allá.
Celia Cruz no solo fue una cantante; fue un ícono de la música afrolatina, una embajadora de la alegría caribeña, de la resistencia y la energía femenina en un mundo que, por décadas, estuvo dominado por voces masculinas. Su carrera, que inició en La Habana y se consolidó en Nueva York, hizo historia al llevar la salsa a niveles internacionales nunca antes vistos.
Desde Discos Fuentes —sello colombiano con el que también compartió parte de su historia— hoy se le rinde homenaje recordando su influencia en generaciones de artistas, bailarines y amantes de la música tropical. Allí también fue su casa, donde dejó huella con su voz potente y su personalidad desbordante.
Con más de 70 álbumes grabados, múltiples premios y reconocimientos, y una presencia escénica inolvidable, Celia se convirtió en símbolo de fuerza, dignidad y sabor latino. Su famosa frase “¡Azúcar!” trascendió el escenario para convertirse en un grito de identidad cultural para millones.
Hoy, desde cualquier pista de baile, emisora radial o festival, su música sigue viva. Celia Cruz no se ha ido. Vive en cada risa, en cada tumbao, y en cada corazón que se mueve al ritmo de su voz.
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