Por: Leanlly Pérez- En el marco de las elecciones municipales de abril de 2024, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) logró una contundente victoria, dominando la mayoría de los municipios y distritos del país.
En esta ciudad en particular, el PRM obtuvo siete regidurías, además de una regiduría de su aliado el Partido Humanista Dominicano (PHD), sumando un total de ocho. Por otro lado, la oposición, compuesta por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la Fuerza del Pueblo y el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), logró cinco regidurías, distribuidas entre estas formaciones.
A pesar del predominio electoral del PRM, el alcalde Antonio Díaz Paulino ha logrado gobernar sin oposición interna ni externa.
Esto le ha permitido ejercer sus funciones sin una supervisión real por parte de los regidores, tanto de su propio partido como de la oposición. En este contexto, el alcalde ha tomado decisiones que no siempre parecen ser las más beneficiosas para el municipio, y ha utilizado el dinero público de manera cuestionable.
En particular, ha empleado fondos destinados al pago de personal para otros fines, e incluso ha realizado transferencias de recursos sin la debida autorización del Concejo Municipal.
Curiosamente, a pesar de la evidente irregularidad de estas acciones, no ha habido ningún regidor que se atreva a denunciar públicamente estas irregularidades o desafiar la autoridad del alcalde.
Dentro del PRM, no existe una voz disidente que se oponga a las decisiones de Antonio Díaz Paulino, lo que ha generado una situación de total impunidad.
Un ejemplo de esta falta de control interno es el caso del presidente de la Sala Capitular, Luis Gabriel, quien fue declarado regidor honorífico por la directora del Departamento de Recursos Humanos, a pesar de que este cargo no corresponde a su puesto electivo.
Esta situación es claramente violatoria de la Constitución y de las leyes, ya que un funcionario electo no puede ocupar un cargo adicional por nombramiento del Estado.
Además, el actual presidente de la Sala Capitular debería ser sustituido por Elmy Caba, sobrino del presidente municipal del PRM, Olmedo Caba, lo que añade una capa de complicidad familiar en la situación.
Sin embargo, sorprendentemente, Elmy Caba no ha hecho ningún reclamo para ocupar el cargo que le corresponde, lo que evidencia aún más la falta de interés en corregir las irregularidades dentro del Concejo Municipal.
Ante este panorama, parece que el alcalde Antonio Díaz Paulino continuará operando sin ninguna oposición, respaldado por un Concejo Municipal que, lejos de cumplir su función de fiscalización, ha caído en una inacción total. Este escenario refleja una gran debilidad institucional, en la que los intereses políticos y familiares parecen prevalecer sobre el bienestar de la comunidad.
Muchos consideran que los miembros del Concejo Municipal deberían presentar su renuncia, ya que su falta de acción solo contribuye a arrastrar la vergüenza de su ineficacia y complicidad en la gestión pública.
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