La Comisión Europea impuso a la multinacional Google una multa de 2,950 millones de euros por abuso de posición dominante en la publicidad en línea, al privilegiar sus propios servicios frente a los de sus competidores, informó la institución en un comunicado.
Se trata de la segunda multa más elevada impuesta por la Comisión Europea por prácticas monopolísticas, solo superada por la sanción de más de 4,000 millones de euros impuesta previamente a Google por infringir las normas de competencia de la Unión Europea a través de Android.
La Comisión Europea tenía previsto anunciar esta multa a comienzos de la semana, pero el proceso se retrasó, según informó el medio especializado MLex, tras la intervención del comisario de Comercio, Maros Sefcovic, quien ha actuado como negociador del bloque con las autoridades estadounidenses durante la guerra arancelaria.
Además de imponer la sanción, Bruselas exigió a Google que ponga fin a las prácticas que favorecen sus propios servicios de tecnología publicitaria y que adopte «medidas para erradicar sus conflictos de interés inherentes a lo largo de la cadena de suministro de tecnología publicitaria o ‘adtech’».
«La decisión muestra que Google abusó de su posición dominante en ‘adtech’ perjudicando a editores, anunciantes y consumidores. Este comportamiento es ilegal bajo las normas de competencia de la UE y Google debe ahora presentar correcciones serias para atajar sus conflictos de interés», dijo la vicepresidenta de la Comisión Europea Teresa Ribera, quien lidera la cartera de Competencia.
La autoridad europea advirtió a Google que no dudará en imponer correcciones «serias» si la compañía, que cuenta con un plazo de 60 días para informar sobre las medidas que tomará, se niega a corregir su conducta.
Bruselas inició en 2021 una investigación sobre el negocio de la publicidad en línea y, dos años después, confirmó que las prácticas de Google en este sector infringían la legislación comunitaria. Las autoridades europeas concluyeron entonces que la única solución posible sería que Google vendiera parte de este negocio.
Actualmente, Google ofrece servicios en este sector mediante dos herramientas de compra para anunciantes (Google Ads y DV 360), otra para que los editores gestionen sus espacios publicitarios (DoubleClick for Publishers o DFP), y una plataforma que conecta ambas partes, AdX.
La investigación determinó que desde al menos 2014 Google ha abusado de su posición dominante en estos mercados para favorecer su plataforma AdX en las subastas de anuncios organizadas por DFP, proporcionándole información sobre la oferta más alta de un competidor, lo que le permitía superar esa oferta y ganar el contrato.
AdX también contaba con ventajas competitivas en las herramientas de compra Google Ads y DV 360: la primera mostraba principalmente ofertas realizadas dentro de la plataforma de Google, haciendo que AdX resultara la opción «más atractiva».