Por: Leanlly Pérez- Las autoridades de Estados Unidos, en el marco de una nueva operación de deportación liderada por la administración de Donald Trump, arrestaron a 538 migrantes «ilegales» y deportaron a cientos de ellos.
La Casa Blanca presentó esta acción como «la mayor operación de deportación en la historia» del país, y ocurrió poco después de la investidura de Trump para su segundo mandato.
En su primer día de gobierno, Trump cumplió su promesa de intensificar las políticas contra la migración irregular, declarando el estado de emergencia nacional en la frontera con México y firmando varios decretos migratorios.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, destacó que la operación implicó el arresto de «inmigrantes ilegales criminales» y su deportación a través de aviones militares.
Dos aviones militares, uno con 79 personas y otro con un número indeterminado, llegaron a Guatemala, aunque no se precisó si formaban parte de la operación iniciada por Trump o si eran vuelos programados previamente.
La portavoz subrayó que esta acción enviaba un «mensaje claro al mundo entero» de que aquellos que entren ilegalmente en Estados Unidos enfrentarán consecuencias serias.
El presidente Trump, quien había criticado y demonizado a los migrantes durante su campaña, calificó a los deportados de «asesinos» y afirmó que esta operación masiva era solo el inicio de una serie de acciones más drásticas para cumplir con su promesa de deportación.
Este tipo de operaciones no son nuevas, y expertos como Aaron Reichlin-Melnick, de la organización American Immigration Council, calificaron esta acción como «pura propaganda», al señalar que las deportaciones, incluyendo vuelos masivos, ya ocurrían regularmente en la administración de Joe Biden.
De hecho, en el ejercicio presupuestario de 2024, las autoridades estadounidenses deportaron a 271.000 migrantes en situación irregular, lo que equivale a un promedio de 742 personas por día.
La política migratoria de Trump, que incluye el endurecimiento de las restricciones para migrantes en situación irregular, ha sido ampliamente criticada tanto a nivel nacional como internacional.
La ONU recordó que, si bien los países tienen derecho a ejercer su soberanía en sus fronteras, el derecho a buscar asilo es un derecho humano universalmente reconocido, lo que genera tensiones en cuanto al respeto a los derechos humanos de los migrantes.
Además de las deportaciones, la administración Trump restableció el polémico programa «Quédate en México», por el cual los migrantes deben esperar en territorio mexicano mientras su solicitud de asilo es procesada.
También suspendió la llegada de refugiados que solicitan asilo en Estados Unidos, y puso fin a algunos programas migratorios implementados por Biden, como el uso de la aplicación móvil CBP One y programas de asilo para migrantes de países como Nicaragua, Venezuela, Cuba y Haití.
Trump también emitió un decreto presidencial para desafiar el derecho de ciudadanía por nacimiento, aunque esta medida fue suspendida temporalmente por un juez federal.
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