El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva comprometiéndose a proteger la seguridad de Catar, incluso mediante acciones militares, apenas tres semanas después de que Israel atacara en Doha a líderes de Hamás, provocando la indignación de las autoridades cataríes.
El decreto fue firmado el lunes, día en que Trump recibió en la Casa Blanca al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a quien presionó para que llamara a su homólogo catarí y ofreciera disculpas por el ataque.
La orden estipula que cualquier agresión contra el territorio, la soberanía o la infraestructura crítica de Catar será considerada una “amenaza a la paz y la seguridad de Estados Unidos”.
En tal caso, Washington “adoptará todas las medidas apropiadas, incluidas las diplomáticas, económicas y, si es necesario, militares, para defender los intereses de Estados Unidos y restaurar la paz y la seguridad de Catar”.
El texto también subraya que la respuesta a cualquier agresión externa será “planificada conjuntamente” entre Estados Unidos y Catar.
Aunque no se trata de un tratado formal y, por tanto, tiene menor carácter vinculante, la orden ejecutiva representa un compromiso significativo por parte de Estados Unidos, largamente solicitado por el Gobierno de Catar.
Israel enfrenta un creciente aislamiento internacional tras el ataque del 9 de septiembre contra líderes de Hamás en Doha, donde se desarrollaban negociaciones de paz sobre Gaza, provocando un fuerte rechazo en el mundo árabe y musulmán.
Al mismo tiempo, una decena de países, incluidos Francia y Reino Unido, oficializaron el reconocimiento del Estado palestino como señal de condena a la ofensiva en la Franja, considerada por muchas voces como un posible genocidio.
En este contexto, Netanyahu declaró el lunes que acepta un plan de paz propuesto por Trump, que busca un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes y la formación de un gobierno de transición en Gaza sin la participación de Hamás, grupo que aún debe pronunciarse sobre la iniciativa.