El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, adelantó que su Gobierno solicitará la pena de muerte para quienes cometan un asesinato en Washington, como parte de su estrategia para combatir la criminalidad en la capital.
«Si alguien asesina a alguien en la capital, pena de muerte», afirmó Trump durante la séptima reunión de su Gabinete.
Según el mandatario, esta «es una medida de prevención muy fuerte», pero aseguró que toda su Administración está de acuerdo.
«No sé si estamos preparados para esto en este país. Pero no tenemos otra opción», expresó Trump.
«Si alguien mata a alguien», insistió el republicano, «va a ser pena de muerte».
El presidente presentó esta nueva fase de su estrategia con la que busca frenar lo que considera un aumento descontrolado de la criminalidad en la capital estadounidense, a pesar de que los niveles de delitos, aunque elevados, se encuentran en su punto más bajo en los últimos 30 años.
El 11 de agosto, Trump asumió el control de la seguridad en Washington por un período inicial de 30 días, amparándose en la ley que permite intervenir en la autoridad de la ciudad ante una «emergencia» por la alta criminalidad.
Además de los 800 miembros iniciales de la Guardia de Washington activados, seis estados con gobernadores republicanos —Virginia Occidental, Carolina del Sur, Ohio, Misisipi, Luisiana y Tennessee— enviaron refuerzos adicionales.
Con estos refuerzos, la Guardia Nacional alcanza aproximadamente 2.000 efectivos en la ciudad. A ellos se suman patrullas de la Policía Metropolitana y agentes federales del FBI, la DEA y el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE).
Según informó este martes la fiscal general Pam Bondi, hasta ahora se han arrestado 1.094 personas en Washington y se han incautado 115 armas ilegales.
Activistas y organizaciones han denunciado que las agencias federales estarían utilizando esta supuesta lucha contra el crimen como pretexto para detener a migrantes indocumentados.