Por: Leanlly Pérez- El cineasta dominicano René Fortunato falleció en la madrugada de este sábado a los 66 años, tras varios meses de lucha contra el cáncer.
Murió en la Unidad de Cuidados Intensivos de CEDIMAT, dejando un legado imborrable en la historia audiovisual de la República Dominicana.
Su última obra, el documental El triunfo de la democracia, que aún se proyecta en salas de cine, es considerado un testamento cinematográfico que reafirma su profundo compromiso con la historia, la verdad y la identidad dominicana.
Desde sus inicios, Fortunato se destacó como uno de los más grandes documentalistas del país, enfocado en un cine de compromiso histórico y social.
Su filmografía incluye títulos emblemáticos como Abril: La trinchera del honor, Balaguer: La herencia del tirano y La isla dividida, obras que lo consolidaron como el principal narrador visual de la historia contemporánea dominicana.
Su trabajo se caracterizó por la intención clara de educar al público, fomentar la reflexión y contribuir a una conciencia colectiva crítica sobre los hechos y personajes que han marcado la historia del país.
Más que un cineasta, Fortunato fue un historiador visual que utilizó el cine como herramienta, archivo, denuncia y homenaje. Cada uno de sus documentales buscó devolverle al pueblo dominicano una historia que a menudo ha sido distorsionada u ocultada.
Con cada estreno, como en su documental Tras las huellas de Palau, Fortunato demostraba su visión sobre el cine dominicano, orientado a contar la verdad, preservar la memoria y fortalecer la identidad nacional a través del audiovisual.
Su legado es una contribución invaluable para las futuras generaciones y un ejemplo del poder del cine como medio de transformación social y cultural.
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