Por: Leanlly Pérez- El padre Johnny Durán, sacerdote de la Iglesia Santo Cura de Ars en Cotuí, denunció un violento asedio en su comunidad, atribuido a la compañía minera Barrick Gold, con el apoyo del Ejército y la Policía Nacional.
En un video publicado, Durán, visiblemente herido y con los ojos llorosos, explicó que los ataques violentos que sufrió la población fueron provocados por las fuerzas de seguridad, quienes, según él, cumplieron órdenes de la empresa para desalojar ilegalmente a los residentes de sus hogares.
Durán expresó en el video que la comunidad se encontraba indefensa ante la violencia de las autoridades y las acciones de la Barrick Gold, que actúa con total impunidad.
Aseguró que las fuerzas del orden llegaron a la zona con la intención de «avanzar y acabar con la gente», desatando un caos en las calles donde, según él, se arrojaron piedras y bombas contra los hogares de los ciudadanos.
En su denuncia, el sacerdote subrayó que la comunidad, desarmada, solo desea ser escuchada y defendida de los ataques, mientras se siente vulnerable ante el poder de la empresa minera.
Además, Durán mencionó que la comunidad ya había presentado quejas ante la presidencia y ante los medios de comunicación, pero que las agresiones no cesaron.
Atribuyó la responsabilidad del abuso a la Barrick Gold, citando las declaraciones de la presidenta de la empresa, Juana Barceló, quien, según él, aseguró que la minera «entraría sí o sí» a las zonas afectadas.
El sacerdote advirtió que la situación en la provincia de Sánchez Ramírez ha dejado a aproximadamente 1,200 familias desplazadas y expuestas a graves vulneraciones de derechos humanos.
Las comunidades más afectadas por la violencia y los desalojos incluyen San Brana Arriba, Arroyo Vuelta, Laja, Las Tres Boca, El Ligo, El Rayo y El Naranjo.
Durán criticó la complicidad entre la Barrick Gold y las autoridades locales, señalando que la empresa minera tiene una autoridad total sobre la comunidad, lo que impide a los residentes defender sus hogares y su bienestar.
