Por: Leanlly Pérez- El doctor Julio Manuel Rodríguez Grullón, quien fue destituido como presidente del Instituto Duartiano, explicó en una entrevista su versión sobre los hechos que llevaron a su salida de la institución.
Según Rodríguez Grullón, su destitución fue consecuencia directa de sus declaraciones sobre la relación entre República Dominicana y Haití, que fueron malinterpretadas y utilizadas en su contra por algunos sectores dentro del Instituto.
A pesar de la controversia generada por sus opiniones, Rodríguez Grullón insistió en que su postura siempre fue de promover una convivencia más armoniosa entre los dos países, reconociendo sus diferencias pero también la necesidad de coexistir de manera pacífica.
El ex presidente del Instituto Duartiano defendió sus declaraciones en favor de establecer una comisión binacional que se encargue de gestionar de manera ordenada la migración haitiana hacia el territorio dominicano, considerando que este flujo migratorio no es algo que se pueda detener y es inevitable, especialmente dado el desequilibrio en los niveles de desarrollo entre los dos países vecinos.
Rodríguez Grullón destacó que, como ocurre en muchas otras partes del mundo, los flujos migratorios son un fenómeno natural que no puede ser ignorado, y argumentó que lo más sensato es gestionarlos de manera adecuada.
En cuanto al conflicto interno que culminó con su destitución, Rodríguez Grullón relató que el detonante fue una discusión en la primera reunión del Comité Ejecutivo bajo su mandato, en la que su antecesor, Wilson Gómez Ramírez, intentó faltarle el respeto en plena sesión.
El desacuerdo llevó a Rodríguez Grullón a abandonar la reunión, lo que provocó que se convocara una asamblea donde finalmente se oficializó su destitución. Rodríguez Grullón aseguró que todo el proceso fue bien calculado y que su salida fue producto de una maniobra interna para devolver el control del Instituto a Gómez Ramírez.
El ex presidente también subrayó que su postura sobre la relación con Haití fue mal vista por los sectores más tradicionalistas dentro del Instituto Duartiano, quienes no compartían su enfoque pragmático y realista.
Afirmó que no había en el Instituto una verdadera tradición democrática y que los presidentes solían permanecer en el cargo durante largos periodos sin renovación de liderazgos, lo que dificultaba la posibilidad de un cambio de enfoque en las relaciones internacionales, especialmente con Haití.
Rodríguez Grullón también aclaró que su salida no estuvo relacionada con intereses económicos dentro del Instituto Duartiano, ya que la entidad recibe una subvención estatal destinada principalmente a gastos operativos y sueldos de empleados, pero los miembros de la directiva no perciben salario alguno. En este sentido, descartó que hubiera factores financieros detrás del conflicto.
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