Por: Leanlly Pérez- El robo de unas joyas de gran valor ocurrido este domingo en el Museo del Louvre de París ha obligado al cierre temporal del recinto más visitado del mundo. Este nuevo golpe al patrimonio artístico internacional se suma a una larga lista de robos en museos y galerías de arte, donde las piezas más codiciadas suelen ser pinturas y joyas históricas.
Las autoridades francesas confirmaron que las joyas sustraídas formaban parte de una exposición temporal y que se ha abierto una investigación para esclarecer los hechos. Hasta el momento, no se han reportado detenidos, y el museo permanece cerrado mientras se revisan las medidas de seguridad.
El incidente ha reavivado el debate sobre la vulnerabilidad de los grandes museos ante el robo de arte. Apenas el pasado miércoles se informó también de la desaparición del cuadro Naturaleza muerta con guitarra (1919) del pintor español Pablo Picasso, desaparecido mientras era trasladado de Madrid a Granada para una exposición.
Robos históricos en museos y colecciones
A lo largo de los siglos, el arte ha sido blanco constante de los ladrones. Entre los casos más recordados figura el robo de La Gioconda en 1911, cuando un empleado del Louvre, Vincenzo Peruggia, sustrajo la famosa obra de Leonardo da Vinci con la intención de “devolverla” a Italia. La pintura fue recuperada dos años después.
También destaca el espectacular robo de 1990 en el Museo Gardner de Boston (EE.UU.), donde se llevaron once obras maestras de artistas como Rembrandt, Degas, Manet y Vermeer, valoradas en más de 100 millones de euros. Ninguna ha sido recuperada hasta la fecha.
En 1991, dos hombres armados irrumpieron en el Museo Van Gogh de Ámsterdam y robaron veinte cuadros, entre ellos Los girasoles, aunque las obras fueron halladas poco después en un vehículo abandonado.
El Museo del Hermitage de Rusia también fue víctima en 1999, cuando un matrimonio robó más de 200 piezas, entre joyas, iconos y esmaltes. En Polonia, en el año 2000, fue sustraído el lienzo de Claude Monet, La playa de Pourville, recuperado una década después.
Otros casos emblemáticos incluyen el robo de El grito y La Madonna de Edvard Munch en Oslo (2004), el hurto del Códice Calixtino en Santiago de Compostela (2011) y el asalto al hotel Carlton de Cannes (2013), donde desaparecieron joyas valoradas en 136 millones de dólares.
Más recientemente, en 2021, un grupo de ladrones robó las cuentas de rosario que pertenecieron a María Estuardo, reina de Escocia, junto con otros objetos valiosos del castillo de Arundel, Inglaterra.
Un desafío constante
El robo de arte sigue siendo uno de los delitos más lucrativos y difíciles de rastrear del mundo. Según expertos, muchas piezas robadas terminan en colecciones privadas o en el mercado negro internacional.
El Museo del Louvre, símbolo de la cultura y la historia universal, vuelve así a estar en el centro de la polémica por la seguridad del arte. Mientras continúa la investigación, el mundo del patrimonio cultural observa con preocupación cómo incluso las instituciones más protegidas pueden ser vulneradas.