Por: Leanlly Pérez- En la primera cumbre formal desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea en 2020, el primer ministro británico, Keir Starmer, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron una serie de acuerdos destinados a mejorar las relaciones bilaterales, impulsar el comercio y reforzar la seguridad.
Uno de los puntos clave del encuentro fue el anuncio de una nueva asociación en defensa y seguridad, que permitirá al Reino Unido acceder a un fondo de préstamos de la UE valorado en 150,000 millones de euros, destinado en parte a apoyar a Ucrania.
En materia comercial, se acordó reducir controles fronterizos y simplificar el comercio de productos alimentarios, facilitando el intercambio de bienes como carne y vegetales entre ambas regiones. Esto también ayudará a evitar que productos perecederos se pierdan por demoras excesivas en aduanas.
También se extendió por 12 años un acuerdo que permite a los barcos pesqueros de la UE operar en aguas británicas, un tema históricamente conflictivo entre ambas partes.
Además, se discutió un plan de movilidad juvenil para que jóvenes europeos y británicos puedan vivir y trabajar temporalmente en el territorio del otro, aunque sin restablecer la libre circulación.
Keir Starmer destacó que estos acuerdos son beneficiosos para la economía británica, el empleo y el comercio, y representan un paso firme hacia una cooperación más práctica y menos ideológica con Europa.
Sin embargo, reiteró que el Reino Unido no regresará al mercado único ni a la unión aduanera, compromisos que fueron fundamentales en la campaña del Brexit.
Pese a los avances, sectores opositores al gobierno, como el partido Reformar Reino Unido y algunos miembros conservadores, han criticado los acuerdos y los califican como una posible «rendición» ante Bruselas.
Starmer, no obstante, mantiene su postura de avanzar con decisiones pragmáticas que favorezcan a los británicos sin revivir antiguos conflictos políticos.
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