Ramón Oviedo, uno de los pintores dominicanos más estudiados por la crítica a nivel mundial

Por Gabriela Osorio.- Su técnica artística iba desde la abstracción hasta el expresionismo, pero el toque personal que le daba el pintor dominicano, Ramón Oviedo, a sus obras, lo convirtieron en uno de los pintores criollos más estudiados por la crítica especializada.

Sus obras son estudiadas a nivel mundial debido a su profundo impacto en la captura de la esencia de la historia dominicana a través de sus pinturas.

Oviedo, nacido en Barahona en el año 1924, fue nombrado por el Congreso Nacional como «Maestro Ilustre de la Pintura Dominicana» por su importancia en el arte dominicano, latinoamericano y universal.

Su arte refleja una rica combinación de influencias culturales, desde la tradición indígena hasta la influencia europea.

Además, su innovador enfoque artístico lo destaca como una figura influyente en el ámbito artístico internacional. Su estilo para fusionar técnicas tradicionales con elementos contemporáneos lo convierte en un objeto de estudio para artistas, críticos y académicos de todo el mundo.

Sus cuadros son expuestos en diversos museos a nivel mundial y en colecciones privadas, algunas de las obras de este artista están en galerías de arte virtuales de renombre como «Invaluable» las cuales pueden costar desde 1,500 hasta 8,000 dólares, lo que equivaldría a entre 88,050 y 469,600 pesos dominicanos.

Asimismo, por su trayectoria recibió la Condecoración Chevalier de l’ordre des Arts et des Lettres que otorga el Ministerio de Cultura y Comunicación del Gobierno francés.

Ramón Oviedo era un hombre patriótico al punto de que en una de sus obras, un mural de tres metros de alto por veinte de largo, fue inaugurado en el Salón Presidencial de la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas de la República Dominicana, la cual luego fue exhibida en el Museo de los Grimaldi en Cagnes sur Mer, Francia.

En sus obras mostraba su personalidad apasionada e intensa, que plasmaba un universo de monólogos en sus obras; pero irradiaba una calma con la que se apoderaba de cualquier escenario.