La práctica del deporte en la población, y en particular entre los jóvenes y niños, se ve afectada por ganar sin importar nada.
En el momento de considerar involucrar a niños y jóvenes en algún deporte, sea recreativo o competitivo, lo más importante es priorizar a la persona.
Lo más importante para las personas al practicar deportes son sus intereses y necesidades, para ellos esto está por encima de cualquier resultado.
En el juego y el deporte, se vive una simulación de aquello que sucede cotidianamente, se puede considerar un entrenamiento para la vida, así se puede ver cómo se aprende a saludar antes de cualquier confrontación deportiva.
Ya cuando estamos ahí, con el rival enfrente y es el momento de luchar y ver que el equipo son tus amigos y la familia.
La práctica deportiva permite vivir las emociones de ganar y perder, no hay lugar para el azar, además impulsa la experiencia, de aprender cuando se pierde.
El niño y el joven adquieren la habilidad de ser autocríticos, de madurar, asumir su responsabilidad.
El pensar correcto y educativo del juego y el deporte es pensar: “yo nunca gano o pierdo, siempre aprendo”.
También ayuda a desarrollar la capacidad de conservar la atención y la concentración, la memoria no solamente por aquello que es necesario recordar sobre la estrategia y la táctica, sino también por las conexiones neuronales generadas por el ejercicio y la actividad física.
Un aporte es entender la diferencia entre ser derrotado y darte por vencido y esa.
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