Las protestas contra el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) llegan este fin de semana a Florida, estado que encabeza la implementación de la política migratoria del presidente Donald Trump, mientras los activistas expresan preocupación ante la advertencia del Gobierno de Ron DeSantis sobre el uso de la fuerza para controlar los «disturbios».
Las manifestaciones en Los Ángeles, que este viernes cumplen una semana, se han extendido a otras regiones del país como Texas y Nueva York, pero en Florida, donde uno de cada cinco habitantes es inmigrante, solo se registró una manifestación en Tampa, con una asistencia de aproximadamente 200 personas el pasado lunes.
La situación cambiará este fin de semana, cuando los activistas han convocado una protesta directa contra el ICE en Homestead, una ciudad al sur de Miami donde casi el 40 % de la población es extranjera y que cuenta con una de las comunidades mexicanas más grandes de Florida.
Esta manifestación se suma a cerca de 75 protestas programadas en todo el estado, incluyendo Miami, dentro del movimiento ‘No Kings’ (No reyes), que se llevará a cabo a nivel nacional en conmemoración del cumpleaños de Trump y su desfile militar por los 250 años del Ejército, destacando especialmente la protesta en Mar-A-Lago, el club del presidente en Palm Beach.
Sin embargo, activistas entrevistados sienten que la comunidad tiene miedo de protestar pacíficamente debido al despliegue de 4,000 miembros de la Guardia Nacional y 700 Marines en Los Ángeles, realizado sin autorización del gobernador demócrata de California, Gavin Newsom.
Además, están preocupados por las advertencias del gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, y sus funcionarios, que han amenazado con responder con fuerza.
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