La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, tomó una postura firme al declarar que no permitirá una «invasión» de Estados Unidos y que reforzará una demanda contra fabricantes de armas de ese país, en respuesta a la decisión de Donald Trump de calificar a los cárteles del narcotráfico como terroristas.
Sheinbaum afirmó en su conferencia diaria que la medida es una decisión independiente de Washington, pero advirtió que no debería representar una «oportunidad» para que Estados Unidos interfiera en la soberanía de México.
«Pueden ponerle el nombre que quieran (a los cárteles), pero con México es coordinación, nunca subordinación, no injerencismo y menos invasión», dijo la mandataria.
«Nosotros no negociamos la soberanía, esta no puede ser una oportunidad por parte de Estados Unidos para invadir nuestra soberanía», subrayó.
El gobierno de Donald Trump declaró el miércoles a ocho grupos criminales de Latinoamérica como organizaciones terroristas, lo que le otorga mayores facultades para combatirlos.
Entre ellos se encuentran seis cárteles mexicanos, incluidos el de Sinaloa y el Jalisco Nueva Generación, así como el Tren de Aragua de Venezuela y la Mara Salvatrucha de El Salvador, señalados por actividades de tráfico de drogas y migrantes.
En un país como México, que en el siglo XIX perdió la mitad de su territorio ante Estados Unidos, las amenazas militares de su vecino siempre generan inquietud.
Por ello, Sheinbaum anunció que presentará al Congreso, de mayoría oficialista, una reforma constitucional para proteger al país frente a posibles acciones que afecten su integridad, independencia y soberanía, así como cualquier violación a su territorio, ya sea por tierra, mar, agua o espacio aéreo.
Además, la enmienda prohibirá la participación extranjera en investigaciones sin la autorización explícita del Estado mexicano, según explicó Sheinbaum al exponer parte del proyecto.
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