Por: Leanlly Pérez- El gobierno del presidente Donald Trump ha anunciado un cambio significativo en su política de vacunación contra el COVID-19, limitando la aprobación de las vacunas estacionales únicamente a personas mayores de 65 años y a individuos de alto riesgo, como niños o adultos jóvenes con condiciones médicas preexistentes.
Esta medida se toma mientras la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) recopila más datos científicos sobre la eficacia de las vacunas en la población general más saludable.
El nuevo enfoque fue detallado en un artículo publicado por altos funcionarios de la FDA en el New England Journal of Medicine, y discutido posteriormente en un webcast oficial.
En él, el doctor Vinay Prasad —quien recientemente se unió a la FDA tras una carrera académica marcada por sus críticas a la aprobación de medicamentos sin suficiente respaldo científico— explicó que el plan representa un “compromiso”.
Según Prasad, la estrategia permitirá seguir protegiendo a los grupos más vulnerables mientras se investiga si aún es necesario aplicar múltiples refuerzos (séptimo, octavo o más) en personas que no presentan riesgos de salud.
El doctor también reconoció que actualmente “no se sabe con certeza” si los beneficios de las vacunas continúan siendo significativos en personas más jóvenes y saludables.
La nueva política sugiere que las farmacéuticas deberán realizar estudios clínicos más extensos antes de que se aprueben vacunas modificadas para la población en general.
Esta medida ha generado incertidumbre sobre si muchas personas que desearían vacunarse en otoño podrán acceder al nuevo refuerzo.
Datos preliminares de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) muestran que en 2024 más de 47,000 estadounidenses murieron por causas relacionadas con el COVID-19.
De estos, aproximadamente dos tercios fueron muertes donde el COVID fue la causa directa, y el resto fueron casos en los que el virus contribuyó a otros padecimientos.
También se registraron 231 muertes infantiles asociadas con el virus, cifras comparables a las de la gripe estacional.
El nuevo marco regulatorio también es parte de un esfuerzo más amplio impulsado por el secretario de Salud Robert F. Kennedy Jr., quien ha sido una figura controversial por sus posturas críticas frente a las vacunas.
Estas políticas reflejan un giro más conservador y escéptico respecto al uso extendido de las vacunas en la segunda administración de Trump.
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