Por: Leanlly Pérez- El merenguero dominicano Nelson de la Olla se encuentra en el centro de una controversia tras denunciar que ha recibido amenazas anónimas luego de lanzar una canción satírica titulada «Ay Faride déjame gozar», dirigida a la ministra de Interior y Policía, Faride Raful.
La canción, que se ha viralizado rápidamente tanto en República Dominicana como en el extranjero, surge en medio del debate nacional sobre las medidas de control de ruido impulsadas por el gobierno.
De la Olla explicó en una entrevista con el periodista José Peguero que el tema no es un ataque personal, sino una expresión del sentir popular ante lo que considera una aplicación excesiva de las normas contra el ruido.
«Escucho al pueblo y le pongo música a lo que se comenta», afirmó el artista, quien ha sido conocido por sus composiciones satíricas y populares. En la letra del merengue, el artista cuestiona las restricciones, destacando que no critica el trabajo de Raful, sino los posibles abusos en la implementación de las políticas: «Reconozco su labor contra el libertinaje, pero este es un país alegre y hay que evitar los abusos», señaló.
Tras la publicación del tema, De la Olla recibió mensajes desde un número desconocido exigiéndole eliminar la canción de todas las plataformas digitales, pedir disculpas públicas y presentarse ante el Ministerio Público. En uno de los mensajes le advirtieron: “Es mejor perder dinero que caer preso”.
Sin embargo, el artista se ha negado rotundamente a ceder ante esas presiones, argumentando que su canción es arte, no una ofensa, y que no eliminará el contenido bajo amenazas.
“Faride es una mujer inteligente. Si ella tuviera un problema conmigo, me llamaría directamente”, comentó el merenguero, descartando que la ministra esté detrás de las amenazas.
Además de defender la sátira musical como parte de la tradición artística dominicana, citando figuras como Johnny Ventura y Juan Luis Guerra, De la Olla aprovechó la ocasión para denunciar la falta de inclusión de artistas independientes en eventos gubernamentales, a pesar de que él mismo compuso un álbum completo en apoyo a la campaña del presidente Luis Abinader.
Según dijo, invirtió más de 500,000 pesos en esa producción sin recibir retribución alguna ni reconocimiento oficial.
La canción, con un ritmo de mambo alegre y contagioso, ha sido acogida como un símbolo de protesta popular por algunos sectores, mientras que otros consideran que se cruza una línea de respeto hacia la autoridad.
No obstante, Nelson insiste en que su objetivo no es crear conflicto, sino provocar reflexión a través del humor y la música: “La gente se cura riéndose de su realidad”, expresó.