Por: Leanlly Pérez- Pete Hegseth asumirá como nuevo secretario de Defensa de Estados Unidos con una serie de desafíos complejos que abordará desde su primer día en el cargo.
Uno de los principales temas que ocupará su atención es la orden del presidente Donald Trump de fortalecer la presencia militar en la frontera sur del país.
Hegseth deberá decidir si las tropas activas deben involucrarse en tareas de aplicación de la ley, una medida que es poco común, ya que las fuerzas armadas generalmente no están autorizadas para actuar en este ámbito bajo la Ley Posse Comitatus.
Trump ha firmado una orden ejecutiva instando a los secretarios de Defensa y Seguridad Nacional a evaluar la necesidad de utilizar militares para la aplicación de la ley, lo que podría cambiar las dinámicas en la frontera.
Además, Hegseth se enfrentará a una serie de tareas administrativas que incluyen la gestión del presupuesto del Pentágono, que se encuentra en torno a los 850,000 millones de dólares, y que deberá equilibrar con los recortes de gastos impulsados por Trump.
Parte de la discusión presupuestaria se centrará en la ayuda militar a Ucrania, una cuestión delicada dada la congelación de fondos para ayuda exterior, que incluye el financiamiento de la asistencia militar para Kiev en su guerra contra Rusia. Trump y Hegseth deberán tomar decisiones clave sobre cómo manejar estos fondos no utilizados.
En el ámbito de la política interna, Hegseth tendrá que implementar la orden ejecutiva de Trump de eliminar programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) del Departamento de Defensa.
Esto incluye la revisión de políticas que promuevan la diversidad en las fuerzas armadas, algo que Hegseth ha criticado en el pasado, argumentando que estas iniciativas dividen a las tropas y no priorizan la «meritocracia».
El enfoque de Hegseth será en mejorar la letalidad del ejército y reducir el «desperdicio», lo que podría tener un impacto significativo en la cultura del Departamento de Defensa.
Otro de los desafíos de Hegseth será la atención a los militares transgénero. Trump ha prometido revocar las protecciones para los soldados transgénero que habían sido restauradas bajo la administración de Biden.
Aunque no ha anunciado explícitamente una nueva prohibición, la eliminación de las protecciones es vista como un paso en esa dirección.
Esto ha generado incertidumbre sobre cuántos efectivos transgénero se verían afectados, ya que el Departamento de Defensa no tiene cifras exactas sobre el número de militares transgénero, debido a la falta de un seguimiento detallado.
Hegseth también deberá abordar el tema de los despliegues militares y las prioridades en Medio Oriente, en particular en relación con el conflicto entre Israel y Hamás, que ha complicado la reorientación del ejército hacia China, como había sido inicialmente planificado.
La gestión de las tropas desplegadas en zonas de combate, como en el Medio Oriente, y la posibilidad de reubicar recursos para hacer frente a la amenaza china será una tarea difícil de equilibrar.
Además, Hegseth tendrá que cumplir con la promesa de Trump de hacer que el ejército de Estados Unidos sea más letal, pero también deberá abordar las preocupaciones sobre la reducción de estándares, especialmente en relación con las mujeres en combate.
Aunque Hegseth ha moderado su postura sobre la participación de las mujeres, sigue siendo un tema polémico dentro del Departamento de Defensa.
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