Por Gabriela Osorio.- Un informe de las Naciones Unidas publicado el jueves acusó al gobierno de Nicaragua de cometer «graves violaciones sistemáticas de los derechos humanos, que equivalen a crímenes contra la humanidad».
Esta investigación examinó la creciente represión de la disidencia política en el país centroamericano.
Durante años, el gobierno de Daniel Ortega ha perseguido a sus opositores, pero las protestas antigubernamentales de 2018, que fueron brutalmente reprimidas por las autoridades, marcaron un punto crítico.
Desde entonces, la represión se ha ampliado para abarcar a diversos sectores de la sociedad con el objetivo de eliminar cualquier forma de oposición a largo plazo.
Según el grupo independiente de expertos de la ONU que investiga la situación desde marzo de 2022, Nicaragua se encuentra atrapada en una espiral de violencia caracterizada por la persecución de toda forma de oposición política, real o percibida.
El gobierno ha establecido un clima de miedo que silencia cualquier voz de disidencia, puntos que se están examinando para evitar una posible dictadura, consolidando así su poder.
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