El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó este martes la transformación de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS), hasta hoy liderada por Kenia, en una Fuerza de Eliminación de Pandillas (GSF), en una resolución promovida por Estados Unidos junto con Panamá.
La resolución, cuya implementación será inmediata, fue aprobada con 12 votos a favor, 3 abstenciones —de China, Rusia y Pakistán— y ninguno en contra.
La GSF podrá contar con un máximo de 5,500 efectivos policiales o militares, apoyados por 50 civiles, y tendrá un mandato inicial de 12 meses, según el texto de la resolución.
La MSS, cuyo mandato actual finalizaba este jueves, aspiraba a contar con 2.500 integrantes, pero finalmente se quedó con 970 miembros, la mayoría provenientes de Kenia (700), que lideraba la operación sobre el terreno.
La nueva misión continuará contando con el respaldo de los efectivos keniatas y de otras naciones centroamericanas y caribeñas, a los que se espera que se sumen refuerzos.
No obstante, la GSF enfrenta una gran incógnita: su financiación no está asegurada. La resolución establece que «el costo de personal será aportado por contribuciones voluntarias» de los estados que decidan participar.
En el caso de la MSS, se había presupuestado un gasto operativo de 600 millones de dólares para el primer año, pero solo se lograron recaudar 115 millones.
Esta nueva «fuerza» ha sido aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, pero no cuenta con el respaldo formal ni el sello propio de Naciones Unidas, por lo que no debe confundirse con las misiones de paz que operaron en Haití hasta 2017, lo que la desvincula de un posible nuevo fracaso en la isla.
Sin embargo, se espera que la GSF se coordine con una recién creada Oficina de Apoyo de las Naciones Unidas en Haití (UNSOH) y que presente informes trimestrales al Consejo de Seguridad y a los donantes para evaluar su nivel de éxito.