Por: Leanlly Pérez- El 8 de marzo, los ataques rusos en Ucrania resultaron en al menos 20 muertes, mientras la violencia continuaba con intensos bombardeos durante la segunda noche consecutiva.
En la región de Donetsk, en el este de Ucrania, un ataque aéreo dejó al menos 11 muertos en la ciudad de Dobropillya, una localidad en las proximidades del frente de guerra, donde las tropas rusas han avanzado.
El gobernador de la región, Vadym Filashkin, indicó que los ataques destruyeron ocho bloques de apartamentos y que un avión no tripulado ruso también dañó un camión de bomberos mientras los rescatistas trabajaban para sofocar las llamas en los edificios dañados.
Además, otros seis civiles perdieron la vida en las ciudades de Pokrovsk, Kostyantynivka, Myrnograd e Ivanopillya, ubicadas también en la línea del frente, según Filashkin.
En la región nororiental de Járkiv, tres personas murieron a causa del impacto de un dron ruso en un taller civil. Filashkin decretó un día de luto en toda la región y advirtió que podrían encontrarse más víctimas entre los escombros de los edificios destruidos.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, lamentó las muertes y destacó que entre los heridos había al menos cinco menores. Zelenskyy acusó a las fuerzas rusas de usar tácticas crueles e inhumanas, apuntando deliberadamente a los rescatistas después del bombardeo de Dobropillya.
Según el mandatario, los ataques rusos también incluyeron misiles balísticos contra el centro de Dobropillya, seguidos de otro ataque dirigido a los servicios de emergencia.
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