Por: Leanlly Pérez- Nicolás Maduro asume este viernes su tercer mandato consecutivo como presidente de Venezuela, en un contexto marcado por acusaciones de fraude electoral, críticas internacionales y un fuerte aislamiento diplomático.
Sin embargo, cuenta con el respaldo de la Fuerza Armada y el control de los poderes del Estado. Su investidura ocurre un día después de una marcha opositora liderada por María Corina Machado, quien denunció un breve arresto, calificado por el gobierno como un «invento». Este incidente generó condenas de países como España, Colombia y Chile.
Maduro movilizó a sus seguidores con llamados a tomar las calles en apoyo a su juramentación, mientras cientos de agentes de seguridad fueron desplegados en el centro de Caracas como parte de un plan de «defensa nacional».
Paralelamente, se anunció el cierre de la frontera con Colombia hasta el lunes, bajo el argumento de prevenir conspiraciones internacionales.
El líder opositor Edmundo González Urrutia, reconocido por Washington como presidente electo, enfrenta serias dificultades para asumir el cargo.
Durante una gira internacional que incluyó República Dominicana y Estados Unidos, llamó a los militares a desconocer a Maduro, aunque la jerarquía militar ha reiterado su «lealtad absoluta» al gobierno chavista.
En el acto de investidura, Maduro prometió un tercer mandato enfocado en la paz y la recuperación económica, tras 12 años marcados por recesión, alta inflación, y una masiva migración que, según la ONU, supera los siete millones de venezolanos.
Sin embargo, el escenario se complica con la posible implementación de nuevas sanciones por parte del próximo presidente estadounidense, Donald Trump, quien en su mandato anterior impuso un embargo petrolero.
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