El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, admitió que no estaban preparados para las inundaciones causadas por las fuertes lluvias al sur del país.
Las cifras de víctimas del desastre climático que afecta al próspero estado de Rio Grande do Sul aumentaron nuevamente, con 147 muertos, 127 desaparecidos y 806 heridos, además de 600.000 personas que han tenido que evacuar sus hogares.
Lula canceló una visita oficial a Chile, que estaba programada inicialmente para el 17 y 18 de mayo, debido a la necesidad de «monitorear» la emergencia, según informó la Presidencia.
«Es una catástrofe para cuya magnitud no estábamos preparados», indicó el mandatario, durante una reunión con su ministro de Finanzas, Fernando Haddad, y el gobernador del estado, Eduardo Leite.
Aunque las lluvias han disminuido, Leite instó a los evacuados a no volver a sus hogares, especialmente en la capital Porto Alegre y sus alrededores, donde el río Guaíba podría alcanzar un nuevo máximo histórico.
«No es momento de volver a las casas todavía en las zonas de riesgo», exhortó.
La altura de este río, que bordea varias ciudades devastadas, ha superado los cinco metros por primera vez desde el jueves y continúa aumentando debido a las lluvias del fin de semana. Según la Defensa Civil, podría superar su récord histórico de 5,35 metros alcanzado el 5 de mayo.
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