De acuerdo con recientes investigaciones, la lengua Jingulu del pueblo Jingili, una comunidad aborigen del norte de Australia, puede ser utilizada para resolver problemas complejos de Inteligencia Artificial (IA).
Dada la simplicidad de su sintaxis, el Jingulu permite reducir los costos y cambiar su contexto de uso con para transferir IA entre diferentes dominios.
Hussein Abbass de la Universidad de Nueva Gales del Sur y director del estudio, se basó en «sistemas de enjambre» o «sistemas de hormigas artificiales».
Con esta tecnología, grupos de robots u otros agentes de inteligencia artificial colaboran para resolver problemas muy complejos o realizar tareas.
Previamente, el investigador había estudiado sistemas basados en gestos, órdenes directas e incluso música.
Pero debido a que son lingüísticamente más complejos no se ajustaban a los cálculos usados por la Inteligencia Artificial para guiar y controlar.
Más adelante, cuando Abbass buscó estudios sobre la sintaxis, el orden y la relación de las palabras de los idiomas aborígenes australianos, encontró el Jingulu.
Dando origen a JSwarm, un lenguaje inspirado en el Jingulu que puede ser utilizado en cualquier situación en la que sea necesaria la comunicación.
Este fue creado junto a la profesora Eleni Petraki y el doctor Robert Hunjet y permite la comunicación entre humanos y una agentes de IA.
El Jingulu comunica hábilmente los movimientos espaciales, al contar con solo tres verbos, además es una lengua humana que cualquier persona puede entender.
«Para nosotros, el Jingulu es un sueño hecho realidad».
«Hoy estamos descubriendo que la riqueza de las lenguas y la cultura aborigen podría encerrar el secreto de la interacción entre humanos y la Inteligencia Artificial», concluyó Abbass.
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