Los diez organismos de las Naciones Unidas y sus 4,000 empleados presentes en Sudán se han visto forzados a interrumpir la mayor parte de sus programas en el país a causa de los combates entre el ejército sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), iniciados el sábado 15 de abril.
Los servicios de información de la ONU en Ginebra confirmaron además que sus trabajadores, 800 de los cuales son internacionales, no pueden entrar ni salir del país a causa del conflicto.
Además, la organización informó de que el fuego cruzado ha dañado un avión del Servicio Aéreo Humanitario de las Naciones Unidas que estaba estacionado en el aeropuerto de Jartum, epicentro de los combates.
“Esto podría afectar gravemente a nuestra capacidad para acceder a las zonas más remotas de Sudán donde las necesidades son mayores”, confirmaron los portavoces de las Naciones Unidas, que consideraron “crucial” poder reanudar lo antes posible su labor en el país para ayudar a la población que más lo necesita en estos momentos.
Según la ONU, un tercio de los sudaneses, unas 16 millones de personas, necesitaban ayuda humanitaria a principios de este año, de los que casi 3,7 millones eran desplazados internos.
Hasta la fecha, la ONU y más de 80 ONG han estado presentes en el país norteafricano como parte de más de 250 programas con diversos fines humanitarios.
Este martes, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Volker Türk, pidió el cese de las hostilidades en Sudán e instó a los actores implicados en el conflicto a sentarse a negociar. EFE
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