Por: Leanlly Pérez- Un informe oficial detalla un alarmante aumento de los casos de espionaje en Taiwán, con 64 personas acusadas en 2023 de colaborar con China, lo que representa un incremento del 33% respecto al año anterior.
La mayoría de los acusados son militares activos o retirados, que constituyen el principal objetivo de las actividades de infiltración de Pekín.
La Oficina de Seguridad Nacional de Taiwán subraya que estos casos de espionaje se deben a la creciente campaña de China para obtener información sensible, con el fin de fortalecer su control sobre la isla, que considera parte de su territorio.
La estrategia de China se basa en el uso de una variedad de métodos, que van desde el reclutamiento de criminales y militares retirados hasta el espionaje cibernético y la infiltración en diversos sectores de la sociedad taiwanesa.
A través de estas tácticas, China busca desarrollar redes de espionaje que operen en todos los ámbitos de la vida en Taiwán. El informe menciona que el Ministerio de Seguridad del Estado de China ha intensificado sus esfuerzos para reclutar a taiwaneses utilizando tanto métodos tradicionales, como sobornos y engaños, como técnicas más modernas, como los ciberataques.
Uno de los aspectos más inquietantes de esta campaña de espionaje es el uso de militares retirados para reclutar a soldados activos. Estas personas, muchas de las cuales nacieron en China continental y apoyan la reunificación con Taiwán, han jugado un papel clave en la creación de redes de espionaje.
Estos exmilitares han formado alianzas con grupos criminales, bancos clandestinos y empresas fantasmas, con el objetivo de acceder a información militar sensible. Algunos incluso han recurrido a tácticas de seducción sexual para atrapar a objetivos desprevenidos, como ocurrió con un general taiwanés en Tailandia, quien fue víctima de una trama para obtener secretos.
El informe también destaca casos en los que los exmilitares taiwaneses fueron reclutados para formar equipos de sabotaje. Entre los ejemplos más preocupantes se menciona que algunos fueron encargados de recopilar las coordenadas de varias bases militares y de la embajada de facto de Estados Unidos en Taiwán, con el fin de formar un “equipo de francotiradores” para llevar a cabo misiones de asesinato en caso de una invasión china.
Siete militares retirados fueron procesados el año pasado por espionaje, siendo uno de los objetivos principales la embajada de Estados Unidos en Taipei. Además, una red de espionaje que operaba en Taiwán fue desmantelada, con 23 personas arrestadas, una de las cuales fue condenada a 20 años de prisión.
El informe también menciona que China ha intensificado sus esfuerzos para promover la unificación entre Taiwán y el continente, utilizando plataformas en internet y ofreciendo incentivos como viajes pagados a funcionarios gubernamentales de bajo nivel, a quienes se les intenta convencer de que Taiwán debe unirse a China.
Aunque el Partido Comunista Chino ha tenido éxito en algunos aspectos de su infiltración, las autoridades taiwanesas han tomado medidas para mitigar los efectos de estas tácticas, como la promulgación de restricciones sobre los viajes de oficiales retirados a China.
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