Bajo el abrasador sol del verano, cajas de alimentos se descomponen al aire libre en el cruce fronterizo de Kerem Shalom, del lado de la Franja de Gaza, mientras los gazatíes enfrentan una crisis de hambre sin precedentes.
En el lugar se acumulan sacos de harina rotos, botellas de aceite expuestas al calor, paquetes de pasta cubiertos de moho y cajas de zumo dañadas. Muchas de estas llevan los emblemas de agencias de la ONU, como Unicef y el Programa Mundial de Alimentos, así como de organizaciones no gubernamentales como World Central Kitchen.
Por su parte, el Ejército israelí afirma haber cumplido con su responsabilidad. «Tenemos aquí aproximadamente 1,000 camiones de ayuda humanitaria que ingresaron al lado de Gaza, esperando ser recogidos y distribuidos por la comunidad internacional», dijo este jueves a EFE el coronel Abdullah Halabi, jefe de la Administración de Coordinación y Enlace para Gaza.
«Israel, a través de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), facilita el cruce fronterizo y la ayuda procedente de fuera de Gaza, y ayuda a las Naciones Unidas y a la organización a transportar la ayuda a Gaza», aseguró el coronel.
«La responsabilidad de transportar la ayuda dentro de Gaza recae en la organización humanitaria, a la que ayudamos en todo lo posible para que pueda realizar su labor», agregó.
La portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Olga Cherevko, confirmó a EFE que «la comida se echa a perder mientras espera ser recogida».
Aunque Israel reabrió parcialmente los cruces a finales de mayo, la entrada de ayuda humanitaria sigue siendo muy restringida y su distribución dentro de Gaza continúa siendo extremadamente peligrosa.
Según fuentes médicas del enclave, más de 1,000 gazatíes han muerto por disparos del Ejército israelí cerca de zonas de entrega o rutas de distribución.
Mientras continúa el intercambio de acusaciones entre Israel y la comunidad internacional, los alimentos siguen echándose a perder bajo el sol.
Tú que opina de este post