Por: Leanlly Pérez- Braidelin Santana Jiménez, un joven de 27 años originario del sector Villa Central en Barahona, se encuentra actualmente cumpliendo una condena de 20 años de prisión por un crimen que asegura no cometió.
A través de sus redes sociales, el joven denunció lo que considera una sentencia injusta, basada en prejuicios y en la falta de pruebas que lo vinculen al asesinato de un joven en su comunidad.
Santana explicó que la única razón por la que fue señalado en el caso fue por haber estado presente en el lugar donde se halló el cuerpo sin vida de la víctima, pero destacó que no portaba armas, nadie lo vio cometiendo el crimen y no existen pruebas físicas o testimoniales que lo vinculen al hecho.
En sus publicaciones, denunció que el Ministerio Público, dirigido por el fiscal Abraham Carvajal, fabricó testigos y creó una acusación falsa, fundamentada en rumores, prejuicios y sin base alguna.
El joven resaltó que durante el juicio, las autoridades no tomaron en cuenta su versión ni la de su familia, y que las contradicciones y vacíos probatorios fueron ignorados. Acusó a los jueces de haberlo sentenciado de manera precipitada, como si ya tuvieran un veredicto escrito, sin un debido proceso de investigación.
«Me condenaron por ser joven, por ser de barrio, por estar en el lugar equivocado», expresó Santana, quien considera que su condena fue influenciada por su condición social y la falta de recursos.
Según el joven, su sentencia de 20 años de cárcel fue el resultado de una serie de injusticias cometidas durante el proceso judicial, donde no se respetaron sus derechos fundamentales ni los de su familia.
La comunidad de Villa Central, donde Santana creció, se ha mostrado indignada por lo que consideran una condena injusta, y sus familiares y vecinos lo defienden, asegurando que la justicia no fue realizada en este caso.
La madre de Santana, visiblemente afectada, expresó que vive un verdadero infierno al ver cómo su hijo fue condenado sin pruebas, y cómo su vida y la de su familia se han visto devastadas por una sentencia que consideran injusta. El joven hizo un fuerte llamado a las autoridades competentes para que revisen su expediente y se haga justicia.
«Solo deseo que alguien me escuche. Mi voz no la callará una celda. No me voy a rendir», concluyó Santana, destacando que seguirá luchando por su libertad y por el reconocimiento de su inocencia.
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