Por: Leanlly Pérez- El brutal asesinato de Martina Carbonaro, una adolescente de 14 años, ha causado profunda conmoción en Italia y ha reavivado el debate nacional sobre la violencia de género y la cultura patriarcal. El crimen ocurrió en Afragola, al norte de Nápoles, cuando Martina desapareció tras salir con una amiga a tomar un helado.
Su cuerpo fue hallado dos días después, escondido entre escombros en un departamento abandonado cerca de su casa. La víctima fue golpeada en la cabeza con una piedra por su exnovio, Alessio Tucci, de 18 años, quien confesó haberla asesinado “porque me había dejado”.
Martina, hija única, había decidido terminar la relación tras dos años de noviazgo marcado por los celos y el control. Tucci, descrito como posesivo y violento, llegó a abofetearla en una ocasión.
A pesar de haber colaborado con la búsqueda tras su desaparición, las cámaras de seguridad revelaron que ambos se dirigieron juntos al lugar del crimen, que solía ser su refugio secreto de pareja.
La madre de Martina reveló que días antes, la madre del agresor la había alertado: “Cuida a tu hija”. Hoy exige cadena perpetua para el asesino.
El caso, el femicidio número 31 en lo que va de 2025 en Italia, ha causado una oleada de indignación, no solo por la juventud de la víctima, sino por lo que refleja de una cultura de control masculino y masculinidad tóxica aún arraigada.
Especialistas como Linda Laura Sabbadini advierten que este crimen es solo “la punta del iceberg” de una violencia más profunda. Estudios recientes muestran que gran parte de las adolescentes italianas sufren violencia psicológica, celos obsesivos y control en sus relaciones.
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