A pesar de estar «activamente buscado» por las autoridades debido a su presunta participación en masacres en barrios marginales, Chérizier sigue libre en Haití.
Nacido en una familia pobre en Puerto Príncipe, Chérizier, de 47 años, se ha convertido en una figura emblemática que personifica la interconexión entre pandillas, policía y políticos en Haití.
Conocido por su crueldad, su apodo «Barbecue» deriva de su supuesta práctica de quemar los cuerpos de sus rivales, aunque él afirma que el apodo se originó por acompañar a su madre a vender pollo frito en las calles.
Controla una banda armada que opera en el centro de la ciudad y cuenta con el respaldo de al menos nueve pandillas que forman la coalición G9 Familia y Aliados.
Esta coalición, liderada por Chérizier, está implicada en masacres, secuestros y otras actividades criminales, y ha logrado una influencia significativa en la política haitiana.
Chérizier se presenta como un «revolucionario» y busca representar los intereses del pueblo haitiano, aunque muchos lo ven como un líder violento y autoritario.
A pesar de las acusaciones en su contra por su presunta participación en asesinatos y masacres, sigue siendo una figura poderosa en la escena política y social de Haití, desafiando al gobierno y manteniendo una influencia significativa en la situación del país.
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