El expresidente brasileño Jair Bolsonaro salió de forma temporal este miércoles del centro de reclusión donde cumple una condena de 27 años y tres meses por golpismo, para someterse a una intervención quirúrgica destinada a corregir dos hernias inguinales.
La autorización fue otorgada por el juez Alexander de Moraes, magistrado instructor del caso en la Corte Suprema en el que el exmandatario resultó condenado.
El líder de extrema derecha salió de la sede de la Policía Federal en Brasilia, donde se encuentra recluido en una celda especial desde el 22 de noviembre, alrededor de las 09:30 hora local (12:30 GMT), bajo un discreto operativo de custodia integrado por cuatro vehículos y varios agentes motorizados, conforme a las disposiciones del juez De Moraes.
Luego de un trayecto de aproximadamente cinco minutos, el exmandatario, de 70 años, arribó al hospital privado donde será sometido a la intervención este jueves, ingresando al centro médico por el área de garaje.
La intervención quirúrgica para tratar las dos hernias inguinales tendrá una duración estimada de entre tres y cuatro horas y requerirá que Bolsonaro permanezca hospitalizado entre cinco y siete días, según su evolución médica.
El exmandatario arrastra desde hace meses diversos problemas de salud, como vómitos, mareos y episodios persistentes de hipo, afecciones vinculadas a la puñalada que recibió durante la campaña electoral de 2018.
Conforme a lo dispuesto por el magistrado, durante su ingreso hospitalario solo podrá estar acompañado por su esposa, Michelle Bolsonaro, y cualquier otra visita deberá contar con autorización judicial. Sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro y el concejal de Río de Janeiro, Carlos Bolsonaro, también habían solicitado permiso para acompañarlo durante la hospitalización.
Mientras permanezca internado, el dirigente ultraderechista estará bajo vigilancia permanente, con al menos dos agentes custodiando la puerta de su habitación y otros miembros de la Policía Federal desplegados dentro y fuera del hospital.
Asimismo, el juez prohibió el acceso a la habitación de computadoras, teléfonos móviles u otros dispositivos electrónicos.
Bolsonaro fue condenado por encabezar un plan para intentar mantenerse en el poder tras su derrota en las elecciones de 2022, en las que resultó electo el progresista Luiz Inácio Lula da Silva. Además de la condena, el exjefe de Estado (2019-2022) fue inhabilitado para postularse a cargos electivos hasta el año 2060.
La semana pasada, el Congreso brasileño aprobó una ley que contempla una reducción significativa de su pena; sin embargo, el presidente Lula anunció que ejercerá su derecho a veto.


