Por: Leanlly Pérez- Un ataque aéreo israelí realizado en la noche del miércoles en Gaza dejó al menos 11 muertos, entre ellos dos altos oficiales de la Policía palestina.
Las victimas fueron identificadas como el mayor general Mahmoud Salah, director general de la Policía de Gaza, y el mayor general Hussam Shahwan, miembro del Consejo del Comando de la Policía. El Ministerio del Interior de Gaza acusó a Israel de llevar a cabo este ataque con el fin de socavar la ley y el orden en el territorio palestino.
En un comunicado, el ministerio expresó que el asesinato de Salah reflejaba una intención deliberada de Israel de propagar el caos en Gaza y agravar el sufrimiento humano de los ciudadanos palestinos.
Este ataque se produce en el contexto de una ofensiva israelí que comenzó tras los ataques del 7 de octubre de 2023, cuando Hamas intensificó las hostilidades.
A lo largo de estos meses de conflicto, Gaza ha experimentado un colapso generalizado de sus infraestructuras, especialmente en lo que respecta a la ley y el orden, exacerbado por las restricciones a la ayuda humanitaria impuestas por Israel.
La Policía palestina, que desempeña un papel fundamental en la seguridad y la entrega de ayuda humanitaria, ha sido fuertemente afectada por la violencia y las restricciones impuestas, lo que dificulta enormemente los esfuerzos de socorro en una región ya gravemente asediada.
Organizaciones de derechos humanos han advertido reiteradamente sobre los efectos devastadores de estas restricciones, que incluyen largas inspecciones a camiones de ayuda, ataques a convoyes de socorro y la imposibilidad de acceder al norte de Gaza.
En noviembre, la ONU alertó sobre el “colapso del orden público” en Gaza, citando casos de saqueo armado de camiones de ayuda, lo que empeora aún más la ya crítica situación humanitaria.
El impacto de la guerra en Gaza ha sido devastador, con al menos 45.581 palestinos muertos y más de 108.400 heridos, según cifras del Ministerio de Salud de Gaza.
La ofensiva israelí ha acabado con comunidades enteras y ha destruido por completo la infraestructura del sistema de salud. Los ataques han dejado barrios en ruinas y han forzado a miles de palestinos a abandonar sus hogares.
Muchos de ellos se han desplazado hacia Al-Mawasi, una región costera en el oeste de Rafah, que fue previamente designada por Israel como “zona humanitaria”.
Sin embargo, Al-Mawasi también ha sido blanco de repetidos ataques israelíes, lo que ha hecho que miles de desplazados vivan en condiciones precarias, en tiendas improvisadas hechas de tela y nailon, sin acceso a servicios básicos.
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