A pesar de estas dudas, Trump ha seguido defendiendo a sus nominados y ha instado a los senadores a aprobar su gabinete rápidamente. Los republicanos, que tendrán una mayoría de 53-47 en el Senado a partir de enero, están bajo presión para confirmar a los nominados, ya que Trump y sus aliados han dejado claro que enfrentará a aquellos senadores que se opongan a sus elecciones.
En este contexto, el proceso de confirmación será crucial para la relación entre Trump y el Congreso en su segundo mandato.
Aunque es habitual que los senadores esperen a las audiencias de confirmación para tomar una decisión pública, los republicanos están bajo mayor presión debido a la fuerte postura de Trump y su influencia en la mayoría en el Senado. La dinámica dentro del partido podría complicarse aún más, ya que algunos nominados, como Hegseth, han enfrentado críticas por su historial, incluyendo acusaciones de agresión sexual y comentarios controvertidos sobre las mujeres en el combate.
A pesar de este panorama, Trump continúa respaldando a sus elegidos, como Kennedy para secretario de Salud y Servicios Humanos, Hegseth para secretario de Defensa y Gabbard para directora de inteligencia nacional.
La lealtad a Trump será esencial en el proceso de confirmación, y la unidad republicana se considera clave para asegurar que los nominados más controversiales sean aprobados. Sin embargo, senadores como Joni Ernst, una veterana de combate, han expresado su escepticismo sobre algunas de las nominaciones, como la de Hegseth, quien será interrogado públicamente durante las audiencias de confirmación en enero.
Asimismo, Gabbard enfrentará cuestionamientos sobre su encuentro con Assad en 2017, lo que ha generado preocupaciones sobre sus vínculos con figuras autoritarias.
En cuanto a Kennedy, su postura sobre las vacunas ha generado controversia, con líderes del Senado como Mitch McConnell criticando sus esfuerzos para cuestionar la seguridad de ciertas vacunas, algo que podría dificultar su confirmación.
A pesar de estas tensiones, los republicanos están comprometidos en confirmar a la mayoría de los nominados de Trump, y algunos ya han indicado su apoyo, como el senador John Fetterman, quien ha mostrado su respaldo a figuras como Marco Rubio para secretario de Estado.
El proceso de confirmación, que comenzará en enero, sentará las bases para la dinámica política de la administración de Trump en su segundo mandato.
Si bien algunos nominados podrían ser aprobados rápidamente, los más polémicos enfrentarán una mayor resistencia, y la unidad del partido será fundamental para garantizar la confirmación.
La forma en que los republicanos manejen estos desafíos podría marcar el tono para la relación entre Trump y el Congreso durante su próximo período en la Casa Blanca.
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