Por: Leanlly Pérez- El 26 de enero de 2025, aproximadamente a las 7:30 p.m., Rogelio Prestol, de 46 años, cometió un asesinato en su hogar cerca de Port Charlotte, Florida, al sur de Tampa.
La víctima fue su esposa Jhesandra, de origen dominicano, conocida por su personalidad amable. Según amigos cercanos, ella había solicitado el divorcio meses antes debido a la tensión en su relación.
El día del crimen, Prestol le pidió que desbloqueara su teléfono móvil, pero Jhesandra se negó.
Durante la discusión, Prestol, quien en un principio pretendía solo intimidarla, sacó una pistola. A pesar de sus intenciones, cuando ella intentó escapar, él le disparó varias veces frente a uno de sus hijos, vaciando todo el cargador.
Tras cometer el homicidio, Rogelio llamó a uno de sus hermanos, con la intención de suicidarse, pero su hermano logró convencerlo de que llamara a los servicios de emergencia.
En la llamada al 911, Prestol confesó el crimen, diciendo que sabía que iría a la cárcel.
Los fiscales de la zona de Florida han acusado a Prestol de asesinato en segundo grado y han solicitado que permanezca detenido sin derecho a fianza, debido a la gravedad de los hechos.
El caso ha conmocionado a la comunidad local, especialmente por el impacto emocional sobre los hijos que presenciaron el asesinato.
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