Por: Leanlly Pérez- Un hombre fue detenido en Barcelona por la Policía Nacional de España tras descubrirse que grababa en secreto conversaciones con mujeres en la vía pública para promocionar presuntos “cursos de técnicas de seducción” que ofrecía en internet.
Las grabaciones eran realizadas con una cámara oculta, presuntamente situada a la altura de sus ojos, lo que le permitía captar imágenes sin que las mujeres supieran que estaban siendo grabadas.
El modus operandi del detenido consistía en abordar a mujeres —en su mayoría extranjeras— en las calles de Barcelona, fingiendo conversaciones casuales para ganarse su confianza.
Luego utilizaba esos encuentros, sin consentimiento, como contenido audiovisual para promocionar sus cursos.
En total, los agentes detectaron 329 vídeos en sus perfiles digitales, 239 de los cuales comprometían gravemente la intimidad de las víctimas. Muchos de esos videos mostraban claramente el rostro de las mujeres y contenían detalles personales que el hombre les sonsacaba durante las charlas.
Los videos no solo se usaban en redes sociales como parte del material promocional, sino que también eran vendidos a través de una página web, en la que se cobraban hasta 3.000 euros a los interesados bajo el concepto de “material y matrícula”.
Esta plataforma ofrecía acceso completo a contenidos supuestamente instructivos, combinando teoría con ejemplos grabados de interacciones reales, sin autorización de las implicadas.
La investigación comenzó en abril, cuando una de las víctimas denunció al sospechoso luego de que este intentara besarla y la tocara inapropiadamente durante uno de esos encuentros grabados.
Más tarde, descubrió que su imagen aparecía en un video que fue publicado en redes sociales, donde alcanzó más de 700.000 visualizaciones.
El hombre fue arrestado en la segunda semana de mayo y puesto a disposición judicial. Aunque actualmente se encuentra en libertad con medidas cautelares, enfrenta graves cargos por delitos contra la intimidad y agresión sexual.
El caso ha generado gran indignación y reabre el debate sobre la protección de la privacidad y los límites éticos en la creación de contenido digital.
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