El hallazgo se realizó en un almacén que Loren había utilizado para guardar su archivo musical personal. Musgrove, al inspeccionar el contenido de la unidad, rápidamente identificó que se trataba de grabaciones invaluables, lo que describió como «un botín digno de un rey». Las cintas incluyen grabaciones en formatos cassette y DAT, y contienen canciones completas, versos, coros, e incluso conversaciones entre Jackson y Loren, lo que ofrece una visión única del proceso creativo entre el cantante y su productor.
Entre los temas encontrados destacan canciones como «Don’t Believe It», que parece abordar los rumores mediáticos que rodeaban a Jackson en ese momento, y «Seven Digits», que hace referencia a los números de identificación utilizados en morgues. Uno de los hallazgos más sorprendentes es «Truth on Youth», un tema de rap en el que Jackson colabora con LL Cool J, quien ya había confirmado haber trabajado con el Rey del Pop. Esta colaboración muestra el interés de Jackson en explorar el género del rap, un estilo poco común en su discografía, lo que hace que el descubrimiento sea aún más fascinante.
Sin embargo, a pesar del gran valor histórico y musical de las grabaciones, las canciones no podrán ser lanzadas al público debido a restricciones legales. Musgrove se acercó a los administradores del patrimonio de Michael Jackson, quienes confirmaron que las grabaciones originales, en su formato master, ya se encuentran en sus archivos. Los derechos de explotación comercial y de autor de estas composiciones siguen perteneciendo a MJJP Records, lo que significa que no se puede hacer uso comercial de las grabaciones. A pesar de esto, Musgrove recibió una carta oficial del patrimonio de Jackson, indicando que no reclaman la propiedad física de las cintas, lo que deja abierta la posibilidad de que las grabaciones sean vendidas a coleccionistas privados.
Aunque las grabaciones no podrán ser compartidas con el público, se espera que las cintas tengan un valor significativo en una futura subasta. Musgrove y su equipo están considerando presentar las cintas a las principales casas de subastas, con la esperanza de que sean adquiridas por coleccionistas privados, quienes podrán poseer este tesoro musical, pero sin la capacidad de hacerlo público. Actualmente, las cintas están bajo la custodia de un abogado, quien busca proteger este material único mientras se decide su destino final. Se estima que las grabaciones podrían alcanzar un valor de siete cifras en el mercado, lo que subraya la importancia histórica y cultural de este descubrimiento.
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