El secretario general de la ONU, António Guterres, lamentó este martes que los principios fundacionales del organismo, establecidos hace ocho décadas, «estén bajo asedio» y que «los pilares de paz y progreso se tambalean por el peso de la impunidad, la desigualdad y la indiferencia».
En su discurso de apertura del 80 período de sesiones de la Asamblea General, Guterres ofreció un panorama sombrío sobre la situación global: «Naciones soberanas invadidas, el hambre utilizada como arma, la verdad silenciada (…) ¿Qué clase de mundo vamos a elegir? ¿un mundo de poder desnudo, o un mundo de leyes? ¿un mundo que es una lucha de egoísmos o uno donde las naciones se conciertan?», se preguntó.
Las Naciones Unidas, destacó Guterres, «son más que un lugar de reunión: son el compás moral, una fuerza de paz y de mantenimiento de paz, un guardián de la legalidad internacional, un catalizador del desarrollo sostenible, un salvavidas para pueblos en crisis y un faro para los derechos humanos».
A sus 76 años y en la recta final de su segundo mandato, que concluirá en diciembre de 2026, Guterres enfrenta el octogésimo aniversario de la ONU en medio de una crisis financiera estructural y un cuestionamiento de sus principios, impulsado por el nuevo gobierno estadounidense de Donald Trump, que ha reducido su financiación y se ha retirado de varios acuerdos multilaterales.
No obstante, el portugués no mencionó de manera directa a Estados Unidos ni a su presidente, con quien se reunirá hoy tras más de diez meses sin comunicación.
El secretario general subrayó que la ONU «no es un sueño de perfección, sino una estrategia práctica para la supervivencia de la humanidad», basada en los principios de paz sobre conflicto y cooperación sobre caos.
Asimismo, recordó que la organización se rige por una carta fundacional «que no es opcional», aunque algunos países «actúan como si las leyes no se les aplicaran a ellos», sin enfrentar consecuencias; advirtió que ‘la impunidad es la madre del caos’ y ha sido causa de algunos de los conflictos más atroces de la historia.
Guterres también criticó los recortes a la cooperación internacional impulsados por Estados Unidos y respaldados por otros grandes donantes, como Alemania, Reino Unido y Francia: «Los recortes a la ayuda hacen estragos demoledores. Son una sentencia de muerte para muchos, un futuro robado para muchos más», alertó.