Por: Leanlly Pérez- La indignación estalló este lunes en Apatzingán, Michoacán, cuando manifestantes protestaron por los asesinatos del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, y del líder limonero, Bernardo Bravo, y terminaron incendiando el Palacio de Gobierno del municipio.
Los manifestantes se congregaron en la plaza principal del municipio, lanzando consignas contra el gobierno y las autoridades estatales. Algunos comenzaron a arrojar piedras contra las ventanas del palacio y, tras forzar la entrada, rompieron mobiliario y prendieron fuego en el interior.
Asimismo, destruyeron adornos del Día de Muertos y quemaron la ofrenda instalada en el lugar. Las autoridades locales reportaron que no había presencia policial durante los disturbios, lo que permitió que los manifestantes actuaran sin control.
El suceso refleja la tensión y el descontento ciudadano tras los asesinatos de figuras locales clave, generando alarma sobre la seguridad y el orden público en la región.