Por: Leanlly Pérez- Grant Hardin, un exjefe de policía condenado por violación y asesinato, escapó de la prisión de Calico Rock, en Arkansas, haciéndose pasar por un guardia de correcciones.
Su fuga ocurrió el domingo por la tarde, cuando logró vestir un uniforme improvisado que imitaba al de las autoridades penitenciarias y, actuando con naturalidad, logró salir caminando por la puerta principal sin levantar sospechas.
La prisión, de seguridad media, no contaba con protocolos adecuados para detectar el engaño, lo que ha desatado críticas sobre las decisiones que permitieron que un criminal tan peligroso estuviera en una instalación de este tipo.
Hardin, conocido como el “Diablo de las Ozarks”, fue sentenciado a 30 años por el asesinato de James Appleton en 2017 y a otros 50 por la violación de una maestra en 1997.
Su escape ha provocado gran preocupación en el estado, especialmente entre los familiares de las víctimas. La hermana de Appleton declaró sentirse aterrada, recordando que el acusado los había visto en el juicio, lo que incrementa su temor por represalias.
La búsqueda se desarrolla en el escarpado terreno de las montañas Ozark, lo que dificulta el rastreo. Las autoridades han desplegado helicópteros, drones y perros rastreadores, mientras piden a la población local mantener cerradas sus casas y reportar cualquier actividad sospechosa. Las fuertes lluvias recientes también complican las labores de rastreo.
El caso ha revivido el dolor de muchas personas afectadas por los crímenes de Hardin y ha generado indignación por la aparente falta de supervisión y responsabilidad dentro del sistema penitenciario.
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