La Comisión de Conservación de Vida Silvestre y Pesca de Florida (FWC, por sus siglas en inglés) informó que comenzarán a aceptarse las solicitudes para cazar aproximadamente 200 osos en el estado, después de una década de pausa en esta polémica práctica, con el objetivo de regular la población.
La caza controlada del oso negro se practicó entre 1930 y 1994, y experimentó un breve y controvertido retorno en 2015.
La FWC defendió esta medida como parte del Plan de Manejo del Oso Negro de Florida de 2019, diseñado para controlar el crecimiento de la población, que los biólogos de la comisión estiman en alrededor de cuatro mil ejemplares.
«Estoy orgulloso de que Florida se una a la mayoría de los estados que gestionan los osos negros mediante la caza regulada», dijo en un comunicado el presidente de la FWC, Rodney Barreto.
La FWC aseguró que mantener un equilibrio entre la cantidad de animales y su hábitat adecuado es fundamental para conservar poblaciones saludables.
La organización señaló que los encuentros entre osos y personas han aumentado, incluyendo un ataque mortal registrado en mayo, el primero en la historia del estado, cuando un oso negro mató a Robert Markel, de 89 años, en el condado de Collier, al suroeste de Florida.
No obstante, organizaciones de conservación y defensores de los animales rechazaron la medida, calificándola de innecesaria y cruel.
Además, criticaron la ausencia de un censo actualizado de la población de osos y advirtieron que la caza podría amenazar la recuperación de la especie, que estuvo incluida en la lista de especies amenazadas hasta 2012.
Las restricciones de la FWC excluyen a las crías y a las hembras con crías, y limitan la caza a zonas con alta densidad de osos.
Los métodos de caza autorizados incluyen trampas con cebo, arcos y perros entrenados, aunque el uso de estos últimos se implementará de manera gradual hasta 2027.