Por: Alcides Nova (@Nova_Alcides)
Las personalidades financieras se desarrollan usualmente con nuestras creencias y forma en que fuimos educados.
Sin embargo, cada quién puede amoldar su personalidad financiera conforme vaya adquiriendo conocimientos de cuál es la mejor forma de manejar el dinero.
La personalidad financiera es lo que influye en la manera en que administras las cosas, como la elaboración de presupuestos, el gasto, el crédito y la deuda.
Estos son algunos de los tipos más comunes de personalidad financiera:
Ahorrador compulsivo
Ahorra lo más que puede sin un objetivo específico, considera que esa es el único modo de sentirse más seguro(a) en la vida; peca de tacaño.
Este tipo de personalidad financiera, tiene tanto miedo a perder ese capital que evita gastar, incluso en cosas que le gustan o son benéficas.
Recomendación: Entienda que todo exceso es malo, el desafío es encontrar el equilibrio entre ahorrar y disfrutar la vida. Aunque es importante ser precavidos, la verdad es que no nos llevamos nada al morir.
Intenta cambiar la perspectiva, usa tus ahorros para salir de apuros y solventar metas personales. No olvides que la acumulación por sí misma no te dará felicidad.
Gastador compulsivo
Gasta en cosas que no necesita; utiliza el dinero para ser aceptado(a) socialmente; también lo utiliza para neutralizar emociones negativas y encontrar gratificación inmediata.
Esta personanalidad financiera puede caer fácilmente en un nivel alto de endeudamiento, negación e incluso justificación de sus acciones.
Recomendación: Tratar de controlar uno mismo una compulsión es difícil, es por esto que se recomienda contar con ayuda profesional, ya que aumentará las posibilidades de éxito.
Sanar las emociones que hacen a alguien consumir de forma compulsiva es la clave para encontrar una solución y luego complementarla con un plan para saldar deudas.
Generador compulsivo
Ve en la ganancia de más dinero el secreto de la felicidad; usa la mayor parte de su tiempo en crear más riqueza; goza de la aprobación social a causa de su éxito
Sin embargo, aunque el dinero compra la tranquilidad financiera, no podrá comprar nunca la unión familiar o de pareja.
Recomendación: En la vida no todo es dinero, reconocerlo puede implicar un proceso personal, incluso de terapia y cualquier opción es válida, el fin es liberarse de esa creencia que socava muchos otros aspectos de la existencia.
El indiferente al dinero
Piensa que el dinero no es prioridad, incluso que es algo malo y que no debería influir en las decisiones importantes de la vida.
Esta personalidad financiera, pretende que el dinero no es relevante. No obstante, se puede llegar a vivir a expensas de otro.
Recomendación: No se trata de ser avaro, pero tampoco significa desentenderse de las responsabilidades financieras. Lo recomendable es involucrarse poco a poco en estos temas, tener claros los gastos y los ingresos para hacer un presupuesto en la medida de lo posible y evitar el estrés por potenciales problemas a futuro.
El derrochador
Tiene cosas en común con el ahorrador y el gastador compulsivos; lo malo es que ahorra en exceso y luego lo gasta en cosas que no necesita realmente.
Lo cierto es que ir de un perfil a otro es emocionalmente agotador, ¡tanto trabajar para perderlo en un segundo!
Recomendación: Antes de hacer cualquier compra, se recomienda dejar pasar unas horas o incluso días, de esa forma habrá pasado la emoción de hacer clic y quizá se reconsidere la adquisición. Por eso es importante tener metas financieras, para no salirse tan fácil del camino y conseguir el fin anhelado.
Cualquiera que sea tu personalidad financiera (o incluso si tienes rasgos de más de una) lo recomendable es que intentes encontrar un balance que te ayude tanto a ahorrar dinero y administrarte bien, como a disfrutar de tu vida y tu tiempo libre.
Tú que opina de este post