Un estudio de la temperatura en 12 cuevas distribuidas globalmente revela que una considerable porción de las reservas de agua dulce, disponibles para el consumo inmediato, podría estar en peligro debido al cambio climático.
Las cuevas proporcionan a los científicos la oportunidad de estudiar los sistemas subterráneos presentes en todo el mundo, la mayoría de los cuales son inaccesibles para los seres humanos.
Estos sistemas albergan las mayores reservas de agua dulce disponibles para el consumo humano inmediato y son el hogar de organismos únicos y altamente adaptados, que desempeñan un papel crucial en garantizar la calidad de estas reservas estratégicas para el futuro de la humanidad al reciclar materia orgánica y eliminar contaminantes.
«Las variaciones de temperatura revelaron tres patrones distintos de respuesta térmica del ambiente subterráneo en comparación con la superficie, lo cual es nuevo», explicó Ana Sofía Reboleira, coordinadora de este estudio, bióloga del Centro de Ecología, Evolución y Cambios Ambientales (cE3c) en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa.
Las variaciones anuales de temperatura registradas en las cuevas fueron en su mayoría pequeñas, oscilando entre 0,1°C como la más mínima y 8,8°C como la máxima. En algunos casos, las temperaturas en las cuevas reflejaban la temperatura de la superficie con un ligero retraso, mientras que en otros casos las variaciones de la superficie se reflejaban rápidamente en el subsuelo.
Además, se observaron casos en los que se producía un patrón inverso, donde mayores temperaturas en la superficie se traducían en temperaturas más bajas en la cueva, y viceversa, como si fueran un espejo térmico.
«Nuestros resultados demuestran que la temperatura media en las cuevas refleja la temperatura media exterior. La consecuencia es que el aumento de temperatura previsto en el contexto del cambio climático en la superficie se reflejará en el subsuelo», dijo Reboleira.
Las cuevas albergan comunidades de especies inusuales y vulnerables, las cuales aseguran la calidad del agua y han desarrollado adaptaciones para sobrevivir en entornos extremadamente estables, con variaciones de temperatura mínimas.
La investigadora advirtió que las consecuencias del aumento de temperatura son altamente impredecibles y definitivamente perjudiciales para la calidad de las mayores reservas de agua dulce disponibles para el consumo inmediato.
El estudio también destaca la presencia de ciclos térmicos diarios en algunas cuevas. En ambientes sin luz solar, donde los organismos carecen de ritmos circadianos, el descubrimiento de ciclos térmicos diarios sugiere la posibilidad de que estos puedan influir en los ritmos biológicos de los organismos subterráneos, según Reboleira.
Diversas cuevas examinadas en este estudio son puntos destacados de biodiversidad subterránea a nivel global, entre las que se incluyen Planina en Eslovenia, Viento en las Canarias y Vale Telheiro en Portugal.
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