Cientos de estudiantes de la Universidad de Harvard protestaron en respuesta a la más reciente medida de la Casa Blanca, que busca cancelar todos los contratos con la prestigiosa universidad por negarse a aceptar una supervisión gubernamental sin precedentes.
Como parte de esta ofensiva contra el sector universitario, el secretario de Estado, Marco Rubio, también anunció la suspensión del procesamiento de visas para estudiantes extranjeros, mientras se definen las nuevas pautas para examinar sus redes sociales.
La campaña de Donald Trump ha intensificado sus ataques contra Harvard, luego de que la universidad se negara a ceder el control sobre sus planes de estudio, procesos de admisión e investigaciones, lo que ha provocado la molestia del presidente republicano.
El martes, la administración de Trump solicitó a las agencias federales que identifiquen los contratos vigentes con Harvard y evalúen si pueden ser cancelados o transferidos a otras instituciones, según informó un alto funcionario estadounidense.
Como respuesta, cientos de estudiantes se movilizaron en protesta contra la creciente presión ejercida por Trump.
Portando pancartas con consignas como «Trump = traidor», los manifestantes expresaron su rechazo a la decisión del mandatario de retirar la acreditación que permite a Harvard recibir estudiantes y visitantes internacionales.
«A quienes hoy están en clases, déjenlos quedarse», gritaban los manifestantes.
Un juez ordenó suspender temporalmente la medida de Trump mientras se espera la audiencia programada para el jueves.
Harvard, situada en Cambridge, Massachusetts (noreste), cuenta este año con aproximadamente 6,700 estudiantes internacionales, lo que representa el 27 % de su matrícula total, según su página oficial.
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, afirmó en Fox News que «el presidente está más interesado en destinar fondos públicos a escuelas y programas de negocios, así como a escuelas públicas que promuevan los valores estadounidenses».
La administración Trump afirma que esa universidad difunde ideologías progresistas denominadas «woke», un término despectivo usado para describir temas como estudios de género, derechos humanos, discriminación racial y políticas de diversidad.
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