Por: Leanlly Pérez- Un equipo científico español ha iniciado una expedición hacia la Antártida con el propósito de investigar las fugas de metano en el océano Austral y evaluar su posible impacto en el calentamiento global.
Esta misión forma parte del proyecto ICEFLAME, liderado por el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), cuyo objetivo es analizar cómo el cambio climático y el retroceso de los glaciares podrían estar afectando la estabilidad de los depósitos de metano en estado sólido, conocidos como hidratos de metano.
El grupo de investigación, compuesto por 26 personas, se embarcará en el buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa, donde utilizarán tecnología avanzada para estudiar el fondo oceánico. Realizarán análisis mediante sondas sísmicas y tomarán muestras de sedimentos a profundidades que oscilan entre los 500 y los 4,000 metros, con el fin de localizar y caracterizar las posibles fugas de este gas.
El metano es un gas de efecto invernadero con un potencial de calentamiento global 20 a 40 veces superior al dióxido de carbono, lo que lo convierte en un elemento clave para entender el cambio climático. En la Antártida, grandes cantidades de metano quedaron atrapadas en el fondo marino en forma de hidratos durante el último periodo glaciar, hace aproximadamente 20,000 años.
Estos depósitos podrían estar liberando metano a medida que el calentamiento global provoca el retroceso de los glaciares y cambios en la temperatura de los océanos.
Hasta la fecha, no se ha estudiado en detalle cómo están reaccionando estos hidratos de metano al calentamiento global, por lo que ICEFLAME busca llenar este vacío en el conocimiento científico.
Según los investigadores principales del proyecto, Roger Urgeles (ICM-CSIC) y Ricardo León (IGME-CSIC), esta campaña también servirá para evaluar los riesgos geológicos asociados a la liberación de metano, como posibles deslizamientos submarinos y tsunamis.
Se estima que en la península Antártica hay alrededor de 24 gigatoneladas de carbono atrapadas en estos depósitos, lo que equivale a las emisiones globales de CO2 durante dos años. Sin embargo, se desconoce si el metano en estado sólido se está transformando en gas debido al aumento de las temperaturas, lo que podría acelerar el cambio climático.
El equipo de investigación, también analizará cómo estos depósitos afectan la estabilidad del suelo marino, ya que los cambios en su estructura pueden generar explosiones y deslizamientos en el fondo del océano.
Además, los investigadores esperan que los resultados contribuyan no solo a la ciencia climática, sino también a una mejor comprensión de los riesgos ambientales y geológicos vinculados a estos depósitos.
La expedición científica tiene previsto embarcar el 12 de enero en el Sarmiento de Gamboa, que ya se encuentra en la Antártida, y permanecerán a bordo hasta el 8 de febrero. Durante este tiempo, recolectarán datos y muestras que permitirán evaluar la evolución de estos sistemas de metano y su impacto potencial en el calentamiento global.
Según León, esta investigación puede proporcionar información esencial para anticipar futuros escenarios climáticos y mejorar las estrategias de mitigación ante los efectos del cambio climático.
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