Por Gabriela Osorio.- La Universidad de Exeter de Inglaterra, junto con el arqueólogo Mark Robinson y otros científicos, iniciaron la investigación del suelo de la selva Iténez, ubicada al noroeste de Bolivia, cerca de la frontera con Brasil.
La misión de esta expedición era encontrar «oro negro», que es una capa de tierra similar al carbón, la cual se encuentra en la cuenca del Amazonas y tiene como beneficios su fertilidad, lo que la diferencia de los suelos típicos que se encuentran en esta área amazónica.
Robinson explicó que los beneficios de este tipo de tierra son la riqueza en materia orgánica para la descomposición y los nutrientes que aporta al cultivar en ella, como nitrógeno, potasio y fósforo.
Esta investigación trajo como resultado muchos descubrimientos, entre ellos que el suelo de esta área, a la cual ellos autodenominaron «ciudad jardín», había sido un centro urbano hace 2,000 años, donde habían plazas, plataformas para ceremonias y un bulevar.
Los científicos afirman que esta ciudad o «terra preta» fue habitada por una población moderada de indígenas que confiaban en la calidad del suelo volcánico fértil de esta ciudad.
Estos investigadores señalan que el «oro negro» puede llegar a tener hasta 3,8 metros de grosor, un volumen importante para tener una buena agricultura y calidad en el agua.
Asimismo, indicaron que tener una capa de tierra con este grosor puede ofrecer mayores beneficios, como la protección contra la erosión, retención de agua y mayor capacidad de cultivo.
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