La Policía de Berlín encontró el cuerpo sin vida de María Fernanda Sánchez Castañeda, una estudiante mexicana de 24 años que había desaparecido en la capital alemana el pasado 24 de julio.
Según informaron las autoridades de la capital alemana, el cadáver de María Fernanda fue hallado por un transeúnte en el canal Teltow en Adlershof, un barrio periférico de Berlín.
“De acuerdo con el conocimiento actual, no se puede asumir ninguna culpa de terceros. Gracias por su apoyo”, indicó la Policía de la capital.
De su lado, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) emitió un comunicado en el que informa que las Autoridades Alemanas han verificado que el cuerpo de una mujer encontrada sin vida coincide con las características de María Fernanda Sánchez, descartando así la posibilidad de que se trate de otra persona.
Posteriormente, la familia de la fallecida, también confirmó la muerte de María Fernanda.
«Con profundo dolor les informamos que el día de hoy, 5 de agosto, la policía de Alemania confirmó que nuestra hija María Fernanda fue encontrada sin vida», señalaron los familiares a través de la SRE.
La desaparición de la estudiante mexicana había generado una respuesta activa por parte de voluntarios y amigos de la joven, quienes distribuyeron carteles con su fotografía y detalles en estaciones de metro, trenes y postes de señalización, en un esfuerzo por recabar información acerca de su paradero.
La desaparición
Maria Fernanda Sánchez Castañeda, quien se traslado a Alemania para realizar sus estudios de maestría, fue reportada como desparecida el sábado 22 de julio, último día en que tuvo comunicación con familiares y amigos.
Según lo relatado por la familia, al perder el contacto con María Fernanda Sánchez, se comunicaron con el personal de la residencia estudiantil donde estaba alojada y solicitaron que verificaran su habitación. Fue en ese momento cuando descubrieron su teléfono móvil en la cama y notaron que la puerta que daba al patio interior se encontraba abierta.
Debido al trágico incidente, los parientes de la joven mexicana viajaron al continente europeo para seguir de cerca las investigaciones en curso.
La situación conmovió tanto a la población en Alemania como en México, quienes se unieron para colaborar en la búsqueda de la estudiante.
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