La Asociación de Empleados Laicos del Vaticano (ADLV), organización laboral reconocida por la Santa Sede, expresó este miércoles su inconformidad debido a que sus sueldos permanecen congelados desde 2008 y solicitó una mejora en sus condiciones laborales, justo días antes de que se realice el cónclave para elegir al nuevo papa.
La asociación advirtió, en un comunicado emitido antes del Día de los Trabajadores y durante el período de Sede Vacante en el Vaticano, que el poder adquisitivo de los empleados vaticanos ha disminuido, ya que sus salarios no se han ajustado desde 2008.
De acuerdo con la ADLV, esta situación se ve agravada por un incremento en la carga laboral y la existencia de sistemas de bonificación y ascensos que no siempre se basan en el mérito.
Por esta razón, la asociación solicita la implementación de mecanismos «más objetivos y transparentes», que permitan una evaluación regular, verificable y justa de las competencias de los trabajadores.
También afirma que sus empleados se rigen por «regulaciones obsoletas» que «ponen de relieve una visión del mundo del trabajo que ya no está actualizada», y opina que es tiempo de iniciar un diálogo entre las partes involucradas sobre estos temas.
Del mismo modo, la ADLV hace un llamado a «integrar a personas con discapacidad» en los entornos laborales del Vaticano, avanzando hacia «la protección de los más vulnerables».
Asimismo, solicita que se garantice la protección de las familias y que se otorgue una ayuda económica a todos los hogares con hijos. En este sentido, destaca la necesidad de fortalecer el sistema de salud interno, ampliando los servicios y opciones de tratamiento disponibles.
La ADLV también señala que el gasto en salud privada está aumentando, incluso entre los trabajadores del Vaticano, y subraya que aún quedan numerosos desafíos por enfrentar.
Los trabajadores de la Santa Sede están regidos por las leyes del Estado vaticano, bajo un régimen laboral y un sistema de seguridad social propios.
Tú que opina de este post